Seedstars lanza un segundo fondo para invertir en 100 startups en mercados emergentes

Desde su lanzamiento hace nueve años, Seedstars ha invertido en 81 empresas de más de 30 países emergentes. Ahora se ha fijado el objetivo de invertir en 100 empresas más con el lanzamiento de su segundo fondo de fase inicial en mercados emergentes, llamado Seedstars International Ventures II (SIV), con un primer cierre de 20 millones de dólares.
Fundadores de la cartera de Seedstars
Fundadores de la cartera de Seedstars

Se espera que el fondo alcance un total de 30 millones de dólares y entre sus socios limitados se encuentran la Corporación Financiera Internacional (CFI), la Fundación Visa, la Fundación Rockefeller y Symbiotics. El objetivo de la empresa es invertir en startups en fase pre-semilla y semilla en Asia, África, Oriente Medio y América Latina durante los próximos tres años, con inversiones posteriores hasta la Serie A.

Algunos ejemplos de empresas de la cartera de Seedstars son la startup de comercio electrónico paquistaní Dastgyr; el sistema de gestión de restaurantes y puntos de venta en la nube saudí Foodics; el mercado de mano de obra indonesio MyRobin; el CRM de restaurantes latinoamericano OlaClick; y el mercado B2B nigeriano Omnibiz.

Patricia Sosrodjojo, socia de Seedstars, dijo a TechCrunch que la tesis de inversión del segundo fondo es similar a la de su predecesor: entrar en etapas muy tempranas, en ecosistemas tecnológicos de mercados emergentes, y buscar startups que tengan el potencial de tener un amplio impacto.

“Lo considero en tres niveles diferentes”, dijo. “El primero es el hecho de que entramos muy pronto, solemos ser uno de los primeros controles institucionales después de los ángeles, por lo que podemos ayudar a catalizar el capital. La segunda es los países que cubrimos, donde los ecosistemas aún no están tan desarrollados. Y la tercera es que buscamos modelos de negocio que puedan escalar rápidamente, de forma similar al modelo normal de VC, pero que puedan afectar a mucha gente. Nos alineamos con muchos de los ESG”.

Una diferencia entre el SIV II y el primer fondo es que puede emitir cheques más grandes. Los cheques iniciales serán de entre 150.000 y 250.000 dólares, con posibles inversiones posteriores de 500.000 dólares. También tendrá un enfoque geográfico más estricto. El primer fondo invirtió en 30 países, y el segundo también tendrá una perspectiva global, pero se centrará en uno o tres países de cada región.

En concreto, se trata de Indonesia, Vietnam y Filipinas en el sureste asiático (aunque Sosrodjo dijo que el SIV II también mirará a otros países); Pakistán y Bangladesh en el sur de Asia; Egipto en MENA; y México en América Latina. Su visión de África estará más distribuida; ya ha realizado inversiones en Kenia, Tanzania y Nigeria.

La SIV II tiene previsto seguir en el 25% de su cartera.

“Realmente buscamos diversificar las participaciones, aprovechando los aprendizajes de un mercado a otro”, dijo Sosrodjojo. “Por ejemplo, si hemos invertido en un juego de cadena de suministro B2B en un país, podemos tomar lo aprendido de eso y aplicarlo a otra geografía. Vemos que las distintas tendencias pueden aparecer en momentos diferentes en distintos mercados, por lo que nos ayuda a ver la trayectoria típica de un determinado sector.”

El fondo se centrará en verticales como las finanzas, el comercio, la salud, el trabajo y la educación. En particular, “la inclusión financiera es un reto en muchos de estos mercados. Es algo en lo que seguiremos centrándonos”, dijo Sosrodjojo.

Una de las cosas que hace que el SIV II sea único es que tiene una estructura de financiación mixta con una facilidad proporcionada por la CFI, uno de sus LP. Como parte del mandato del fondo, invertirá hasta el 25% del fondo en países de la AIF, o países de bajos ingresos según la definición del Banco Mundial. Esto mitiga el riesgo de estas inversiones, porque existe una garantía de primera pérdida. Eso significa que si el SIV II realiza una inversión en un país de la AIF, como Senegal, y a la empresa no le va bien, una parte de la inversión quedará cubierta a través de la estructura.

Para ayudarles a escalar, las empresas de la cartera de Seedstar participan en un programa llamado Plataforma de Creación de Valor, que cuenta con una red de 1.300 mentores e incluye un “sprint dirigido por mentores” de tres meses de duración llamado Growth Track. Cuenta con el apoyo del emprendedor residente de Seedstars, Jon Attwell, ex de Naspers y Prosus, y con operadores que tienen experiencia en empresas de alto crecimiento como Careem y SkyScanner. Durante su estancia en la Plataforma de Creación de Valor, las empresas pueden realizar experimentos para ver qué estrategias de crecimiento son las mejores para ellas.

“Las startups pueden abarcar diferentes módulos, como por ejemplo si su clave es la adquisición”, dijo Sosrodjojo. “Pueden analizar realmente su estrategia de adquisición y si no está funcionando bien. Trabajarán junto con su mentor y nuestro emprendedor residente John, crearán una estrategia, correrán con ella, la supervisarán y verán si funciona. Cada startup decidirá qué experimento quiere hacer y decidirá si quiere trasladarlo a su funcionamiento o no”.

La igualdad de género también es importante para Seedstars, que señala los datos que muestran que sólo el 11% de las empresas que obtienen financiación inicial en los mercados emergentes están dirigidas por mujeres. El equipo de Seedstars ya ha conseguido un reparto de género de 50:50, y su primer fondo tuvo un 26% de empresas cofundadas por mujeres. Seedstars se ha fijado como reto para su segundo fondo que al menos el 30% de las empresas de su cartera tengan fundadoras o líderes femeninas. Otro criterio es respaldar a los fundadores locales.

“Hay casos en los que hay fundadores expertos con startups realmente buenas, pero intentamos cultivar el talento local”, dijo Sosrodjojo.


Catherine Shu.

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